Entrevista con Aleksandar Petrov
Entrevista con Aleksandar Petrov, publicado en Porta3 n. 212
1.Estudió arquitectura en la Universidad de Ferrara (Italia), pero ahora trabaja como fotógrafa. ¿Por qué te interesa más ver que tocar la arquitectura?
Es una buena pregunta. Al principio me encantaba la idea de ver construir un proyecto mío… pensar en los espacios y ver la interacción de la luz, las personas, los materiales, convertirse en arquitectura. Más tarde comprendí que tendría que esperar mucho tiempo antes de poder ver uno de mis proyectos construido. Soy una persona impaciente, ¡y no podía esperar! Elegí entonces jugar con las arquitecturas de otros, ofrecer mi punto de vista sobre cómo estas arquitecturas se relacionan con el entorno, con las personas, los materiales y la luz. La fotografía siempre me ha encantado, está presente en mi familia desde hace generaciones, empecé a hacer fotos a los diez años…
2. Tus primeras experiencias laborales fueron en Barcelona: entre ellas, el despacho de Carlos Ferrater. ¿Cómo te adaptaste a su rutina?
Han pasado diez años desde entonces… Lo bueno de trabajar en grandes despachos es que puedes trabajar con diferentes escalas, saltando de un proyecto que requiere más detalles, a la planificación de todo un barrio. Pero lo que más valoré de esta experiencia fue la oportunidad de conocer a arquitectos jóvenes y bien preparados de toda Europa, la mayoría de los cuales ya tienen una buena reputación.
3. Recuerdo muy bien una frase de Mario Botta en una conferencia celebrada en la Feria de Milán, mientras presentaba su escuela: «La imagen está hecha para ser consumida, la arquitectura está hecha para durar».
Es una frase hecha, sin duda, pero no creo que todo sea blanco o negro: hay arquitecturas hermosas que no están hechas para durar; al mismo tiempo, hay fotografías que han marcado la transición entre dos épocas, que son el símbolo de una generación, de una nación, de un momento histórico. Quizá para Mario Botta esa frase refleje su propia arquitectura, tan sólida y matérica; pero como decía, creo que hay muchas maneras de hacer una arquitectura efímera, no matérica, ligera… etérea.
Por otro lado, creo que en este momento las imágenes se han convertido en una parte fundamental de nuestra sociedad: en la era de Internet, vemos enormes cantidades de imágenes todos los días. Podríamos decir que son, en cierto sentido, «consumidas», pero en otro, son parte esencial de la representación de la sociedad.
4. Tus fotos me recuerdan el trabajo de Gabriele Basilico. En tu caso, en versión colorista. Objetos nítidos, sin gente, gran angular, luz y profundidad perfectas, sombras muy marcadas…
Le agradezco mucho su comparación, Gabriele Basilico fue para mí un gran maestro. Su muerte fue una gran pérdida para todos nosotros. Para mí fue uno de los padres de la fotografía de arquitectura moderna. Su interpretación de la arquitectura en su contexto, su sensibilidad para entender las ciudades, son algunos de los rasgos que han influido en la fotografía de muchas generaciones.
La presencia del color es muy importante para mí, viene de mis orígenes: mis recuerdos de América Latina están hechos de colores con la máxima saturación, utilizados en toda su intensidad: cielos azules, amarillos, rojos, naranjas… vegetación verde y exuberante. Si nos fijamos bien, el lenguaje de los colores es extremadamente utilizado en la arquitectura latinoamericana: Niemeyer, Barragán, Clorindo Testa…
Objetos claros sin personas, como tú dices… En realidad, en mis primeros años fotografiando, me planteaba la fotografía como una arquitectura dentro de la arquitectura: la voluntad de dar una nueva interpretación al edificio, jugando con la geometría de las sombras, la interacción entre la luz y los materiales, de todo el edificio con su entorno, durante los distintos momentos del día.
Pensé en la presencia humana sólo como una referencia de escala (como nuestros bocetos, secciones, fachadas), como un punto, como la intuición de una presencia. La gente está acostumbrada a ser fotografiada, quiere protagonismo… pero yo prefiero que el edificio, los volúmenes, las piezas se conviertan en los actores principales.
Más recientemente me he dado cuenta, por otra parte, de que la presencia de personas dentro de una arquitectura puede enriquecer mucho una foto… con un estado de ánimo, el color de un vestido, la explicación de su uso, la habitabilidad de los espacios… no hay que olvidar que la arquitectura está hecha para ser utilizada por personas, y no sólo como un volumen puro y perfecto que reclama su propia identidad.
5. ¿Escuchas música mientras haces fotos?
Me encanta que me preguntes esto. La música es fundamental en mi vida, siempre ha estado a mi lado. Pero cuando estoy haciendo fotos, me encanta escuchar los sonidos que rodean a esa pieza arquitectónica, porque forman parte de su realidad.
Al cabo de unas horas, siento que puedo percibir la propia voz del edificio: grita, calla, se oculta… o dialoga… la sensibilidad de captar lo esencial de una obra depende también de tu capacidad de escucharla. Durante las pausas de una sesión de trabajo, los matices musicales que escucho pueden variar mucho: del jazz al rock de los 70…
Cuando retrato, no me gusta el silencio: la música forma parte de mi diálogo con el modelo. En este caso me gusta que la música sea enérgica, y para mí la energía pura es el rock. He crecido con el grunge, es la música que llega directamente a mi corazón, y representa una parte de mí que siempre existirá… ¡Confieso que hace tiempo me tentó la idea de hacer carrera como estrella del rock!
6. ¿Qué técnica utiliza? ¿Sueles editar las fotos para obtener una versión final?
Al principio fotografiaba con película de 35 mm. Desde hace algunos años he cambiado a la fotografía digital. En realidad me preocupo mucho por la edición de mis fotos, ya que quiero que sean una representación ideal, que subrayen lo más posible las características de los materiales, los espacios y los volúmenes. A veces el edificio no está terminado… en esos casos uno tiene que convertirse en cierto modo en «arquitecto de la foto», y realizar el trabajo que no se ha terminado.
7. Has fotografiado obras arquitectónicas de Miralles Tagliabue, Carlos Ferrater, BAAS Arquitectura, Ricardo Bofill, MAB Arquitectura, Battle i Roig… ¿Quién de ellos te ha impresionado más?
No voy a responder a esta pregunta. En cada una de mis obras siempre intento captar lo mejor de cada edificio, dar mi propia interpretación, aunque no haya tomado la misma decisión sobre el proyecto. Cada arquitectura necesita su propia visión: Creo que un estilo racional puede realzarse con imágenes que resalten su ortogonalidad y los espacios que lo rodean. Una arquitectura más orgánica es un reto para la representación, porque exige que alteres tus puntos de vista y comprendas cómo las geometrías, convertidas en esculturas, interactúan con el espacio.
8. Armin Linke es un fotógrafo que mira la arquitectura de una forma más crítica, pero aun así mantiene la estética y la composición bellamente surrealista. ¿Conoces sus fotos de arquitecturas de la época del socialismo macedonio?
Hasta hoy no conocía la maravillosa obra de este artista, gracias por hacérmelo saber. El periodo socialista macedonio creó arquitecturas hermosas y asombrosas, realmente fascinantes y fantásticas. Me hacen pensar en ciudades futuristas concebidas, quién sabe, por Isaac Asimov… Sería interesante tener la oportunidad de dar mi interpretación sobre ellas.
9. ¿Qué sintió al fotografiar la obra de Oscar Niemeyer en Niteroi, Brasil?
El viaje a Río de Janeiro fue en 2007, justo durante el centenario de su nacimiento. Fotografiar su obra fue para mí una emoción increíble, pero también marcó el momento en que decidí dedicarme a la fotografía. Su arquitectura refleja la cultura brasileña: sus formas orgánicas recuerdan las curvas de la naturaleza, sus colores vivos y puros, recuerdan el sabor de las frutas tropicales, sus accesos inclinados invitan a disfrutar del paisaje más lentamente, casi bailando al ritmo de la samba…
Le admiro profundamente, no sólo por la maravillosa arquitectura que nos regaló (en este caso Mario Botta tiene razón, es una arquitectura hecha para durar…), sino también por su visión de la vida y de la sociedad. Su pérdida creó un gran vacío en la arquitectura moderna, y especialmente en la ideología de una arquitectura social.
10. ¿Cuál es la importancia de la escena urbana en la composición de la arquitectura fotografiada?
Como nos enseñó Gabriele Basilico, creo que los escenarios urbanos son una parte fundamental, si no en el diseño de un edificio, al menos en su representación. Creo que la relación (diálogo o contraste) con el contexto urbano es una de las bases de la arquitectura moderna.
11. Naces en Argentina, has estudiado en Italia y ahora vives en España. ¿Cómo han influido todas estas etapas en tu creatividad, madurez y éxito como fotógrafo?
Es una pregunta muy apropiada. Mi formación multicultural fue esencial para definir mi identidad como fotógrafo; cada país en el que viví aportó a mi interpretación fotográfica un matiz diferente, y un tono nuevo.
De mis años en Argentina, como he dicho, he conservado la fuerza de los colores, la intensidad y la pureza de los cielos azules. A nivel humano, he conservado la idea de la amistad como una relación profunda, familiar y eterna.
De mis años en Italia, aparte de mis estudios, he conservado la importancia del contexto y la historia, la apreciación de las grandes obras maestras realizadas por artistas clásicos y renacentistas. Me siento muy afortunada de haber estudiado a fondo el arte italiano, que nos ha dejado un inmenso patrimonio cultural.
Ahora que vivo en Barcelona, no puedo decir que esta ciudad represente plenamente la cultura española… pero sí puedo decir de qué manera ha influido en mi fotografía: la gran importancia en el diseño de los espacios públicos fue una lección primordial para aprender a leer los espacios vacíos de la arquitectura: plazas, calles, parques… se necesita un punto de vista diferente, para entender la esencia de este tipo de proyectos, y continuamente sigo comprendiendo diferentes matices. Otro aspecto que admiro, respecto a la sociedad italiana y argentina, es el mayor nivel de libertad e igualdad para la condición de la mujer trabajadora, aunque todavía queda mucho por hacer para alcanzar los estándares de los países del norte de Europa.
12. Barcelona es uno de los tres puntos calientes de la arquitectura en Europa, junto con Rotterdam y Basilea. ¿En qué medida ha ampliado esta ciudad sus horizontes en su trabajo?
Como he dicho antes, la lección de Barcelona sobre los espacios públicos fue muy importante para mí. En mi opinión, la escuela de arquitectura catalana proviene de una tradición que privilegia la construcción y el detalle, la honestidad de los materiales; respecto a ella, la escuela de Madrid promueve la investigación en arquitectura, y la exploración de nuevos límites ideológicos y formales, quizás con un mayor nivel de libertad proyectual.
La suerte de vivir en una ciudad culturalmente dinámica como Barcelona, con una fuerte identidad ligada al diseño, es una oportunidad para enriquecer continuamente mi visión del arte y la imagen, y confrontarla con las nuevas vanguardias. Vivo en un antiguo barrio industrial, la zona 22@, Poble Nou, que está en constante evolución (a veces rozando la amenaza de la especulación). La posibilidad de vivir a corta distancia de nuevas arquitecturas emblemáticas te lleva a pensar constantemente en cómo fotografiarlas, leerlas, escuchar cómo se relacionan entre ellas; hasta conocerlas, como viejos amigos.
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